Los vínculos que las personas establecen con los espacios han sido objeto de análisis desde múltiples perspectivas. El apego al lugar, la identidad de lugar, la identidad social urbana o el espacio simbólico urbano son algunos de los principales conceptos con que se abordan procesos que dan cuenta de la interacción de las personas con los entornos y sus principales efectos.
El fenómeno de la apropiación del espacio supone una aproximación conceptual cuya naturaleza dialéctica permite concebir algunos de estos conceptos de manera integral. Este planteamiento teórico viene siendo útil, más allá de su incidencia en la comunidad científica, para el abordaje de cuestiones como la construcción social del espacio público, la ciudadanía, la sostenibilidad (ambiental, económico y social) y en suma para aportar elementos teóricos y empíricos que permitan investigar e intervenir modos de interacción social más eficaces, justos y adecuados a las demandas sociales actuales.
La obra está escrita por Gustavo Córdova Bojórquez y María de Lourdes Romo Aguilar, ambos investigadores de El Colegio de la Frontera Norte, institución que respalda y edita el libro.
Espacio urbano y actores sociales está dividido en seis apartados organizados de tal forma que cumple con la estructura académica de un documento de investigación, es decir, cuenta con un análisis teórico-metodológico que sustenta los resultados de la investigación. El documento tiene como objetivo principal: conocer la relación entre espacio urbano y actores sociales en cuanto a su reconfiguración mutua mediante la identificación de la conformación del espacio urbano de la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, en relación con las formas de apropiación y percepción por parte de los actores sociales. Se escoge a Chihuahua por ser considerada una ciudad acelerada que pugna por mantener sus tradiciones ante las necesidades de una población moderna.
Los autores plantean una argumentación teórica sobre la relación entre espacio urbano y actores sociales. Comienzan por construir el espacio urbano a través de su pluralidad y así comprender los significados, ventajas y desventajas de una ciudad de por sí diversa. Se logra representar lo que simboliza el espacio urbano, el grado de compromiso con el entorno y la percepción de los diferentes actores sociales, a través de diversos enfoques teóricos: Manuel Castells y su trabajo en la sociología urbana; Pierre Bourdieu quien presenta cómo las personas perciben, comprenden, aprecian y evalúan el mundo social para utilizarlo; Anthony Giddens con la teoría de la estructuración; Jürguen Habermas y la desigual relación entre la organización del sistema político y las necesidades de los habitantes; y finalmente Alain Touraine y la acción social como motor de cambio.
El individuo, como actor principal en la construcción del espacio, es quien concibe el espacio y da pauta a la ordenación adecuada del espacio urbano.
No obstante, el individuo, al convertirse en parte de una sociedad que está en la búsqueda del poder, es quien genera conflictos entre diversos actores sociales en el espacio urbano.
La situación de inseguridad en el espacio público refleja la falta de planeación y ordenamiento del territorio, encontrando ciudades poco accesibles y sin proximidad entre lugares de trabajo, esparcimiento y servicios. La carencia de diseño en los espacios públicos, ha provocado que las personas no se identifiquen con estos lugares, muchas veces disfuncionales y con deficiencias en el mobiliario urbano. Por tal motivo, las relaciones interpersonales se van perdiendo al dejar de acudir y utilizar poco o abandonar parques, plazas, calles y jardines, permitiendo a los delincuentes hacer de éstos su lugar preferido.
Sin embargo, no todo está perdido. El libro plantea el enfoque del nuevo urbanismo, el cual, se centra en la participación ciudadana, rescatando los conceptos de comunidad y vecindad. En la participación ciudadana es donde los diversos actores sociales deberán interactuar y ponerse de acuerdo, para lograr una construcción de ciudad efectiva, que permita la apropiación del espacio urbano para transformarlo según sus necesidades.
En la parte empírica, se utilizaron métodos analíticos que integran elementos objetivos y subjetivos para entender las formas de actuar de los actores sociales. Fue necesario una metodología mixta que incluye tanto cartografía, estadística, entrevistas semiestructuradas y grupos focales. De esta manera, la serie de testimonios por parte de los empresarios, académicos, consultores y personas que trabajan en el gobierno local, ilustran la situación en temas de expansión-concentración e involucramiento ciudadano, lo que da como resultado la percepción y apropiación de los usuarios en los espacios públicos de la ciudad.
Los tres apartados sobre resultados comienzan con una descripción minuciosa de la configuración de la ciudad de Chihuahua a través de variables demográficas, económicas y geográficas para conocer la cobertura y distribución del equipamiento urbano; así como, el acceso a los privilegios de la ciudad por determinados actores sociales.
Los autores señalan que la gran acumulación de demanda de vivienda, la alta formación de hogares, los ingresos bajos familiares, los precios del suelo en zonas céntricas y la mala calidad de la infraestructura existente, generan una expansión urbana hacia la periferia de la ciudad de Chihuahua. Lo cual, provoca ineficiencia en los nuevos desarrollos, ya que estos no contarán con infraestructura conectada a la red general. De ahí que la construcción de drenaje, instalación eléctrica, agua potable, vialidades, acceso a internet y el servicio de recolección de residuos sólidos por parte del urbanizador, generará mayores costos, una alta movilidad y contaminación ambiental. Elementos contrarios a la tendencia de la sustentabilidad y el desarrollo social local.
Uno de los hallazgos de la investigación es encontrarse con la transformación de una ciudad relativamente compacta, asociada con el modelo tradicional de segregación residencial que dominó hasta la década de 1980, hacia un patrón más disperso donde las élites también se han trasladado a la periferia, con un alto poder adquisitivo. En este sentido, la movilidad es un factor que determina la manera de vivir y percibir la ciudad. Lo que amerita mejoras en el equipamiento urbano que incluye mejorar también las vías de comunicación para una población con automóvil.
Derivado de la investigación, “el actor social percibe, construye y participa en la definición del espacio urbano, a su vez, el espacio urbano contribuye a la construcción de la identidad del actor social”. Para los habitantes de la capital del estado, el centro de la ciudad sigue siendo un referente importante, aunque ya existan otros lugares centrales en la ciudad. Por tanto, “los referentes teóricos y el trabajo empírico demuestran que no se puede salir de la situación si no se da paso a la creatividad, al diálogo y a la participación de los diversos actores que generan la ciudad y su interacción con las instituciones, esto de manera contraria a lo que realmente sucede, ya que cada actor ha venido operando de manera dispersa y con objetivos divergentes”. La relación que existe entre lugar, actividad y usuarios, determinará las características de estos tres, generando el diseño adecuado de los espacios, para la sana convivencia e interacción de las personas. Lo que causa apropiación y cuidado de las áreas comunes, además de utilización permanente del espacio público, desapareciendo la inseguridad y los peligros comunes.
De tal manera que esta obra permite al lector reflexionar sobre ¿qué estamos haciendo para recuperar y disfrutar de la ciudad en la que vivimos? Es una obra que permite conocer la dinámica de integración entre actores sociales y su espacio; es decir, permite comprender cómo la inclusión social ha permitido reconfigurar el espacio urbano de la ciudad de Chihuahua.