La marginalidad social en la frontera norte. Discrepancias empíricas al concepto de marginalidad

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Tonatiuh Guillén López
Gerardo M. Ordóñez B.

Abstract

EL propósito central de este trabajo es presentar un panorama descriptivo y sintético sobre las características socioeconómicas y de vivienda de los asentamientos marginales en dos ciudades fronterizas del norte de México: Tijuana y Mexicali, ambas localizadas en el estado de Baja California.

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How to Cite
Guillén López, T., & Ordóñez B., G. M. (2017). La marginalidad social en la frontera norte. Discrepancias empíricas al concepto de marginalidad. Frontera Norte, 4(8), 150–163. https://doi.org/10.17428/rfn.v4i8.1581
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Un antecedente de este documento se encuentra en Tonatiuh Guillén López, "Servicios públicos y marginalidad social en la frontera norte" en Frontera Norte, núm. 4, julio-diciembre, 1990, págs. 95-119.

De 1985 a 1991, el promedio de crecimiento anual de la industria maquiladora medida por personal ocupado fue: en el país 13.8 por ciento, en Baja California 15 por ciento, en Mexicali 11 por ciento y en Tijuana 16 por ciento. En el mismo orden, el indicador de crecimiento por el número de establecimientos de esta industria fue de 16.8 por ciento, 15.1 por ciento, 9.6 por ciento y 16.7 por ciento. INEGI, Estadística de la industria maquiladora de exportación. INEGI (varios años).

Considerando los datos de 1990, se trata de las ciudades de Ensenada (276,075 hab.), Tijuana (785,870 hab.), Mexicali (637,416 hab.), San Luis Río Colorado (117,425 hab.), Ciudad Juárez (840,276 hab.), Piedras Negras (103,545 hab.), Nuevo Laredo (229,253 hab.) y Matamoros (319,182 hab.). Datos tomados del estudio de Rodolfo Corona Vázquez, "Principales características de la zona fronteriza del norte de México" Frontera Norte, núm. 5, vol. 3, enero-junio de 1991.

Loc. cit.

Como ocurre con el resto de las grandes ciudades fronterizas, Mexicali se encuentra también fuertemente articulada con el mercado norteamericano, tanto para sus exportaciones como importaciones. Sin embargo, el eje central de su estructura productiva es la agricultura que ha enfrentado en los últimos 12 años fuertes caídas en los precios internacionales de sus productos (algodón y granos, entre otros) y otras dificultades asociadas al proceso productivo mismo, desde créditos hasta aspectos técnicos de deterioro de suelos, agua e infraestructura hidráulica. Por otro lado, la industria manufacturera de Mexicali -con la mayor propiedad nacional entre las ciudades fronterizas- en gran medida tiene su ciclo productivo y comercial vinculado al Valle de Mexicali, participando directamente en la crisis de este último. De las ciudades fronterizas, el caso más complicado de reestructuración comercial y productiva es seguramente la región de Mexicali. Ver Tonatiuh Guillén López y Gerardo M. Ordóñez, Diagnóstico sobre el desarrollo regional fronterizo. Baja California, Sonora y Chihuahua. Tijuana, COLEF-Consultores en planeación y desarrollo, 1992 (inédito).

Es posible ubicar en este terreno el clásico trabajo de Aníbal Quijano, "Redefinición de la dependencia y proceso de marginalización en América Latina". CEPAL, 1970 (mimeo). Desde otra perspectiva conceptual, también es relevante el texto de Gino Germani, El concepto de marginalidad: significado, raíces históricas y cuestiones teóricas, con particular referencia a la cuestión urbana. Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión, 1973.

Aunque en este último aspecto, y considerando las particularidades del desarrollo fronterizo, tal vez habría que señalar la relación inversa: lo marginal son aquellas áreas y grupos sociales que efectivamente disponen de servicios públicos y de vivienda apropiada.

La electricidad es el servicio con mayor acceso entre los servicios públicos básicos (agua en la vivienda y drenaje entubado). Por lo mismo, esta situación se refleja en que la no disponibilidad de electricidad coincide también con la carencia del resto de los servicios básicos.

Para instalar el servicio, la CFE requiere que el usuario habite en una zona con calles trazadas, numeración y nomenclaturas definidas y autorizadas, y además que la propiedad de los bienes inmuebles se encuentre claramente establecida.

La población contabilizada por el Censo de 1990 fue de 747,381 habitantes en Tijuana de 601,938 en Mexicali.

INEGI I, XI Censo General de Población y Vivienda, 1990.

Incluyendo a quienes nacieron en Estados Unidos, que en ambos municipios se cuantificó alrededor del 1 por ciento.

Esta argumentación se encuentra más elaborada en Tonatiuh Guillén López, "Servicios públicos y marginalidad social en la frontera norte" en Frontera Norte, núm. 4, julio-diciembre de 1990, El Colegio de la Frontera Norte .

En el momento de la encuesta, el salario mínimo ascendía a 10,080 pesos, equivalente a 3.42 dólares estadunidenses.

A estas alturas de nuestra revisión, sería más pertinente llamarles "población que habita en asentamientos marginales" en vez de "población marginal". Por su brevedad seguiremos empleando el segundo término.